Después del “jueves negro” y de los anuncios de Macri de la vuelta al FMI, el panorama en la ciudad es desalentador, el malhumor social es general y en la calle no se habla otra cosa que de la inflación y de la situación que se está atravesando, para colmo de males se suman más comercios que cierran.

En declaraciones al SOL, la dueña de un negocio ubicado en pleno centro de la ciudad de Concordia, en la esquina de Peatonal y Bernardo de Yrigoyen, contó que decidió cerrar sus puertas por la misma situación que atraviesan otros comercios locales: las bajas ventas y los gastos fijos que aumentan desmedidamente.

Esta situación apremiante obligó a la propietaria a bajar las persianas en zona céntrica, pero a buscar alternativas para que sus tres empleadas no se queden sin sustento económico en medio de una crisis también laboral.

Adalgisa Jalil, propietaria de Lubalu Kids & Teens, contó: “Hace dos años y medio que estamos acá, en este local, y cerramos porque las ventas últimamente cayeron muchísimo, y los alquileres son muy altos. Nosotros pagábamos $26.000, un contrato que lo pudimos renegociar con el propietario actual, porque el alquiler anterior lo pagábamos $45.000”, detalló.

Asimismo aclaró que “nos ubicamos un local más chiquito para que los empleados, que son tres, no se queden sin su fuente de trabajo. Nos mudamos a calle Urdinarrain, un poco lejos del centro porque es imposible pagar los alquileres actualmente y las ventas han caído muchísimo, sumado a los incremento de la tarifa eléctrica sobre todo”.

“Se hace insostenible tener un local en la peatonal, sobre todo por los gastos fijo -dijo Jalil- y por el aumento de la mercadería. Doy un ejemplo -detalló- el sábado por la tarde después de la corrida bancaria me estaban mandando actualizaciones en los precios, siendo que los sábados nunca se trabaja en Buenos Aires, pero el dólar influyó mucho, la corrida del dólar hizo que se traslade a nuestra mercadería también, porque las telas en su mayoría son importadas sobre todo los vestidos de fiesta”.

La dueña del negocio se muestra preocupada por el cierre de locales y la caída del consumo en los comercios. Moviendo la cabeza de un lado al otro, la propietaria reconoció “acá nosotros tenemos mucha rotación de público, pero a la gente no le alcanza el dinero, no puede comprar porque sale de cobrar y primero va a pagar la luz o a entregar algo porque paga en cuotas la luz, después tiene que comprar la comida, tiene que pagar las tarjetas, entonces aunque la gente tenga voluntad y le gusten las prendas y aunque sean accesibles, es imposible que puedan comprar. Esto no da para mas”.

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