Marcos Herrera, agobiado por problemas personales, ayer por la mañana intentó quitarse la vida en el paso ferroviario del puente de Cambá Paso y fue rescatado por policías y bomberos que montaron un operativo para salvarle la vida.

Herrera se colocó una soga al cuello y estaba a punto de arrojarse al vacío, desde una altura superior a los 8 metros. Abajo estaba solo el hilo de agua del curso del arroyo Yuquerí Grande. Cuando llegaron los efectivos de la Brigada Rural, ubicada en las inmediaciones del hipódromo, alertados por los vecinos de la zona, junto con el personal de la Comisaría Octava, trataron de persuadirlo para que depusiera de su actitud. Segundos después llegaron al lugar los Bomberos Zapadores.

A medida que pasaba el tiempo crecía la incertidumbre y la tensión, todos esperaban el peor de los desenlaces porque parecía que no había salida.

Luego de hablarle pacientemente, policías y bomberos lograron que Marcos se cortara la soga que ataba su cuello y que, en el otro extremo, estaba prendida a la vieja estructura metálica del puente.

El hombre cayó, desde la altura en la que estaba, pesadamente sobre las vías y, por pocos centímetros no siguió la ley de gravedad en dirección hacia el arroyo, con lo que hubiese finalizando todo de una horrible manera.

Los valientes funcionarios habían salvado la vida de esta persona, los policías dejaron de lado la sensación de vértigo que los apoderaba, entre ellos una oficial de la Comisaria Octava que comandaba las acciones, el noble objetivo de resguardar la integridad de Herrera estaba por encima de sus propios miedos
Debían caminar solo entre durmientes, finalmente los bomberos lo llevaron en un tablilla y pudieron bajarlo con mucho cuidado, el hombre estaba golpeado y shockeado, habían concurrido al lugar algunos de sus familiares.

De inmediato fue trasladado al hospital Delicia Concepción Masvernat, donde fue atendido por sus golpes, para después derivarlo al servicio de salud mental de hospital Felipe Heras, donde recibió ayuda profesional.

Se pudo saber que Marcos es un albañil de 52 años, casado y tiene hijos, se domiciliaría en calle Uruguay y se encontraba depresivo por varios episodios que sucedieron en los últimos días en su entorno familiar, el más grave fue la pérdida de un sobrino muy querido por él, los otros problemas quedaron entre Marcos y su familia.