Hace cuatro años se provocó quemaduras gravísimas, por una pelea con su pareja, y la vida le dio otra oportunidad.

Hace 15 días fue madre de una beba, que el pasado domingo se ahogó con leche y una patrulla de policías la trasladó al hospital, salvándole la vida.

Solo quedan las cicatrices de las quemaduras que le tomaron un 65 por ciento de su cuerpo cuando intentó inmolarse rociándose nafta y prendiéndose fuego para quitarse la vida, después de pelearse con su pareja.

Fue muy largo el padecimiento de Julieta Musetti que, en ese entonces tenía 19 años de edad, cuatro meses en terapia intensiva, traslados a la provincia de Santa Fe y la recuperación en el Instituto del Quemado fueron parte de su sufrimiento, más los dolores horribles, solo tenía la fe y el apoyo de su familia, no tenia expectativas de salir de los problemas ocasionados en su cuerpo por la quemaduras. A pesar de todo Dios le dio otra oportunidad y quedó embarazada, el parto no fue fácil; la tuvo por cesárea y finalmente nació Alfonsina, con 3 kilos.

Pero otra vez el destino puso a prueba su templanza y fortaleza, porque el pasado domingo después de darle el biberón a su hijita se ahogó con la leche. «Yo la quería levantar para que se le pase y quedó morada, después llamé a mi mamá; ya no respiraba», dijo Julieta nuevamente enfrentándose al dolor.

La charla con la prensa es seguida por su madre, quien cuenta que en el momento en que salió a la calle con la nena ahogada a pedir ayuda, venía un móvil policial con los efectivos Rodrigo Franck y Francisco Grieve, a ellos los mandó Dios, dice, «Uno le dio primeros auxilios y logró reanimarla el otro llamaba pidiendo que la esperen en el hospital. «Ellos salvaron la vida del bebe porque era domingo a las cuatro de la mañana y no andaba nadie Dios; puso a esos policías en nuestro camino», sostuvo.

En realidad la familia Musetti está a 10 cuadras del Masvernat no hubiesen llegado nunca a salvar a la beba si hubiesen llamado a una ambulancia a un remis o a pedir ayuda a un vecino, era el momento de la patrulla por esa cuadra del barrio en el lugar indicado.

Julieta nos dejó un mensaje a todos de que Dios siempre nos da una nueva oportunidad, ahora ella abraza con mucho amor a su querida Alfonsina, que seguramente será la ahijada de los policías Franck y Grieve que le salvaron la vida y quienes también están agradecidos por haber tenido la oportunidad de demostrar su temple y el coraje y decisión en pro del bien común, como actúa siempre un buen policía.