En la tarde de hoy plena plaza 25 de mayo, nada más y nada menos que frente a la Municipalidad de Concordia, dos numerosos grupos de jóvenes se convocaron por redes sociales para llevar a cabo una riña callejera, tal si fuera un medieval duelo.
La rápida intervención de una vecina, quien tuvo que soportar las agresiones de los jóvenes por denunciar el hecho, y la pronta intervención de la policía evitaron lo que hubiera sido un escándalo y la casi segura generación de lesiones entre sí y a terceras personas.
Pero lo más lamentable es que esta ridícula moda, defendida por los jóvenes como un acto chistoso y de vanguardia. Y lo más repugnante, una importante cantidad de adultos, que no hace mucho tiempo se fijaban frente al televisor a repudiar los sucedido con Baez en Pinamar,  lejos de evitarlo buscaban lugar para observar el expectáculo.
Las conductas humanas han ido evolucionando desde incluso tiempos inmemoriales, el derecho, la empatía de los ciudadanos por el otro, nos ha ido convirtiendo lentamente en mejores ciudadanos y vecinos.
Obviamente todo proceso evolutivo tiene sus excepciones y esta especie de duelo medieval descolocado de época es una de ellas. Pero lejos de ignorarla nos debe prender una alerta para dirigir la mirada a esos minoritarios grupos, que absolutamente desconectados de toda empatía por el otro, reivindican la solución de sus conflictos por medio de la violencia, a los que lejos de contestarle con más violencia deben interpelarnos con el desafío de brindarles desde el estado y la sociedad qué evoluciona positivamente, una herramienta de contención que los guíe y los contenga.
Hoy pudo ser evitado con una prudente intervención policial y de solidaridad de una vecina que a diferencia de otros no tolero ser espectadora de un medieval espectáculo. El ejemplo que brinda esta señora tiene que servirnos de guía para dirigirnos a una sociedad más justa y con empatía por el otro